Empezar terapia en septiembre
Septiembre marca un punto de inflexión en el año. Es ese mes en el que dejamos atrás el verano, retomamos rutinas y sentimos que comienza un nuevo ciclo. Muchas personas aprovechan este momento para reorganizar su vida, plantearse nuevos hábitos o tomar decisiones importantes. Entre ellas, una que puede transformar profundamente tu bienestar: empezar terapia en septiembre.
¿Por qué empezar terapia en septiembre? Un inicio simbólico
A diferencia de enero, septiembre no viene cargado de propósitos forzados ni de expectativas externas. Es más bien un mes íntimo, de transición, que invita a mirar hacia dentro y preguntarte: ¿Cómo quiero vivir los próximos meses?
El regreso a la rutina puede despertar tanto ilusión como cansancio. Quizá vuelven viejas heridas, la ansiedad por el trabajo o las relaciones que no acaban de fluir. En lugar de posponerlo, este puede ser el momento perfecto para iniciar un proceso terapéutico y escucharte de verdad.

El cansancio acumulado también habla
Muchas veces llegamos a septiembre con la sensación de arrastrar demasiado peso. No solo físico, sino emocional:
— Estrés acumulado.
— Conflictos que quedaron en pausa.
— Sensación de desconexión contigo misma/o.
— Dudas sobre tu rumbo personal o profesional.
Ese cansancio es una señal, no un fracaso. Tu cuerpo y tu mente te están mostrando que algo necesita atención y cuidado.
Un espacio seguro para ti
La terapia puede convertirse en ese refugio donde parar, comprender lo que te ocurre y comenzar a sanar. No se trata solo de resolver un problema puntual, sino de iniciar un camino hacia ti misma/o, con paciencia y compasión.
En mi consulta trabajo con un enfoque especializado en trauma y en el método EMDR, que ayuda a procesar experiencias pasadas que aún duelen. Pero también acompaño a personas que simplemente desean crecer, sentirse más seguras y vivir con mayor calma.
¿Y si este septiembre fuese diferente?
Piensa en cómo te gustaría llegar a final de año. Quizá con más claridad, más confianza en ti, o con la sensación de que por fin estás atendiendo lo que llevas tanto tiempo posponiendo.
Empezar terapia en septiembre es una manera de regalarte un nuevo comienzo, de apostar por ti y por tu bienestar emocional.
Al igual que muchas personas que han dado este paso, tú también mereces ese espacio para sanar y crecer. Si sientes que este es tu momento, estaré encantada de acompañarte en este camino. Pide cita ahora si así lo sientes.
