¿Qué son las disfunciones sexuales?
Probablemente habrás oído alguna vez hablar del término «disfunción sexual», pero, ¿qué son las disfunciones sexuales? Para empezar, a mí el término de «disfunción» no me gusta en absoluto, ya que es una etiqueta que puede implicar que uno/a está mal hecho/a, que es raro/a o que funciona mal, lo que para mi gusto está muy lejos de la realidad.
Una disfunción sexual es una dificultad a la hora de mantener relaciones (tanto en pareja como a solas), que puede llegar a impedirte disfrutar de tu sexualidad de la forma que deseas. Encontramos disfunciones que están presentes desde siempre, que serían las disfunciones primarias y otras que aparecen después de un funcionamiento sexual considerado normal por la persona, que serían las disfunciones secundarias o adquiridas.
De otro modo, se considera que una disfunción sexual es generalizada cuando se presenta en todas las situaciones; y es situacional cuando sólo se presenta en situaciones determinadas (por ejemplo el problema aparece en un encuentro en pareja, pero no a solas).
¿Cuáles son las disfunciones sexuales?
Aunque existen muchas clasificaciones, hoy quiero hacer una breve descripción de las consultas más frecuentes sobre disfunciones sexuales.
Aunque existen personas que no tienen deseo y no les supone ningún problema, lo común es que la mayoría de las personas tengamos un mínimo de deseo sexual. Es tema de consulta frecuente cuando genera un marcado malestar en la persona y provoca problemas en la relación de pareja. El deseo sexual no es algo que se presente de forma natural naciendo con “mucho” o “poco” deseo, se puede trabajar y aumentar con la terapia.
Ansiedad y aversión al sexo
A veces, por circunstancias de la vida, educación y aprendizajes particulares, las personas pueden desarrollar ansiedad y aversión por el sexo: desde la imposibilidad de contemplar la desnudez de uno mismo, hasta sentir rechazo por el contacto sexual con la pareja u otras personas. La aversión puede traducirse en sentir un profundo asco por determinadas prácticas o directamente hacia el sexo en general.
Problemas de erección o Disfunción Eréctil
La presión que ejerce la sociedad sobre el rendimiento masculino, puede provocar un funcionamiento indeseado a la hora de mantener relaciones sexuales. Es una consulta común y se puede solucionar en relativamente poco tiempo (siempre dependiendo del caso particular) sin necesidad de recurrir a fármacos u otras sustancias.
Problemas de Eyaculación
En cuanto a los problemas de eyaculación, pueden ser tanto por exceso como por defecto. Distinguimos aquí dos problemáticas:
Eyaculación precoz. Es necesario definir qué se considera como “precoz”, ya que una vez más, se genera cierta presión social sobre el rendimiento y la duración del hombre durante las relaciones sexuales. La clave para identificar la eyaculación precoz es la falta de control total sobre ella.
Eyaculación retardada. Es un problema menos frecuente y puede caracterizarse por la ausencia directa de eyaculación (aunque sí aparezca el orgasmo). Suele deberse más a problemas médicos que a factores ambientales y/o psicológicos, por lo que se necesitará una evaluación multidisciplinar para su identificación.
Anorgasmia Femenina
La anorgasmia es la dificultad o incapacidad para llegar al orgasmo. Muchas veces este problema tan frecuente en mujeres, viene derivado de una educación sexual pobre y, en muchos casos, puede resolverse con un poco de educación sexual de calidad y autoconocimiento.
El vaginismo, la dispaurenia y la vulvodinia son problemas silenciados en las mujeres, el primero hace referencia a la imposibilidad de introducir cualquier cosa en la vagina (ya sea un espéculo, un tampón o el pene de la pareja), el segundo se refiere al dolor durante las relaciones sexuales (que puede darse tanto en mujeres como en hombres, aunque es menos frecuente) el tercero hace referencia al dolor en la apertura de la vagina. Hoy en día aún se piensa que las causas son psicológicas, pero pueden estar relacionadas con el suelo pélvico y otras afecciones médicas como por ejemplo la endometriosis. Es posible que el tratamiento tenga que ser combinado con otro profesional de la salud sexual (p.ej. un fisiosexólogo).
Adicción al sexo
A veces nos preocupa si nuestro deseo sexual es demasiado elevado, pero, sin embargo, la adicción al sexo implica una falta de control y un malestar intenso en la persona que lo padece, lo que requiere una reestructuración de su deseo y los estímulos que recibe. Tener el deseo sexual muy alto, es simplemente eso: un deseo sexual muy alto.
Fantasías intrusivas
Hay personas que tienen fantasías sexuales recurrentes que les generan malestar, ya que las consideran invasivas y el contenido de las mismas les resulta inadecuado y, en ocasiones, inmoral e ilegal. En terapia se pueden reconducir esas fantasías de modo que las podamos modificar y reducir el malestar que generan.
¿Cómo sé si tengo una disfunción sexual?
Si puedes identificar alguna de las dificultades mencionadas en el artículo y aparecen con relativa frecuencia, es posible que puedas tener una disfunción sexual. Sin embargo, lo mejor es acudir a un sexólogo o sexóloga que pueda hacerte una evaluación exhaustiva y sacarte de dudas o elegir el tratamiento más adecuado para ti si fuese necesario.
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